Manipulación del tema racial

By Yadira Escobar on

Cuba es uno de los lugares del mundo menos racista. La prueba esta en la gigantesca mezcla racial y en los múltiples proyectos de la Revolución durante décadas a favor de una igualdad real apoyada por subsidios generales. En la cultura también se trabajó. Solo hay que mirar la TV de la isla o el cine cubano para ver cuantas parejas ínter-raciales aparecen como roles positivos y como los villanos a menudo son los blancos. 

La noticia sobre el supuesto acto racista de un taxista (botero) contra una mujer negra surgió en Cuba, pero ya esta siendo recogida con gusto por todos los medios que buscan un cambio de régimen para Cuba, y una vez más es sobre el racismo de lo que trata. La subversión en su estado más elemental y sin pulir siempre se dirige a minorías separadas del poder por diversas causas o vulnerables a ciertos grados de discriminación.

Hay mucha izquierda cómplice en fomentar estas cosas que dividen en vez de fomentar la fraternidad nacional, pero quienes festejan de verdad son los blancos racistas de la ultra-derecha cubano-americana a los cuales el instinto les dice que en cualquier momento tendrán una victima en el sector privado sobre la cual denunciar la naturaleza opresiva del poder blanco y masculino de la Cuba verde olivo.

No es correcto publicar el número de la matrícula del automóvil del supuesto racista por supuesto, porque si aún no se ha conducido una investigación ni aparentemente hay testigos, no puede ya circular en las redes del Internet su número que está estrechamente vinculado a su medio de vida y cual sería afectado antes de ser juzgado su caso ante un tribunal de justicia. Mucho menos, se debe publicar alguna foto suya con el propósito de dañar su prestigio como taxista, así que debe ser detenida de inmediato esa campaña por publicar su foto. Si mañana se descubre que tal incidente nunca ocurrió, o que fue exagerado ¿Como será reparado el daño al conductor?

Por muy horrible que suene cualquier historia o rumor, no debemos jamás convertirnos en turba sin cerebro propio, apasionados en tomar la justicia en nuestras manos. Protegemos nuestra civilización amigos, que el cubano cuando no llega se pasa.

Si la mujer que le acusa en verdad estudia derecho, entonces toma importancia en la noticia lo juridico y nos obliga a comprender cuanto beneficia a la sociedad el que las cortes primero asuman que eres inocente, hasta que la investigación ofrezca suficientes pruebas que sostengan su queja frente el peso imparcial de la ley. Es posible por supuesto que estemos ante un repugnante acto de racismo, pero hay que demostrarlo, así funciona el contrato social sino se quiere fomentar las tensiones raciales que destruyen el orden social.

Andar con un teléfono en mano, dispuesto a disparar una foto (usualmente acompañado por algún indignado tweet para amasar seguidores), no te convierte en un luchador por la justicia sino en un agitador amarillista. Cuando las denuncias en las redes sociales no están acompañadas con evidencia audiovisual que no ha sido mutilada u obtenida de formas ilícitas (ej: tortura)

No puedo ignorar el hecho de que actualmente en Estados Unidos continúa creciendo la división racial y la prensa liberal—apoyada en las redes sociales—a veces por agenda política y también por sensacionalismo se acomoda a muchas causas emancipadoras entre ellas la racial. No dudo que en Cuba se imita un poco a los Estados Unidos y sus propios problemas internos además de la manera de tratarlos, pero quiero señalar que a la inversa, la imitación del remedio ajeno fomenta males que no son propios, y que cuando existen en el ámbito nacional, tienen otras características como en el caso del racismo en Cuba.

Todos estamos muy familiarizados con los abusos contra minorías y naturalmente, no tolero el crimen; mi visión religiosa dicta que el racismo en un pecado. Estudiado desde otro angulo, puedo afirmar que es un pretexto de la maldad humana para poder separar, y entonces maltratar y explotar desde la distancia al que tiene aspecto diferente.

Los actuales niños en Cuba viviran en un país diferente. Con las crecientes desigualdades sociales en isla provocadas por las remesas, el auge del sector privado y la disminución del tamaño del Estado es casi seguro que el racismo asomará su feo rostro para justificar aún más dichas diferencias y no hay dudas que hay que luchar contra ese mal fomentando lo más que se pueda la fraternidad entre cubanos, pero no imitando el método usado en Estados Unidos, porque el que imita fracasa.

Ahora, mi veta izquierdista me dice que el débil de esta historia realmente puede ser el taxista si esto se va fuera de control y se politiza … ¿Alguien se ha expresado a favor de su derecho a un juicio limpio y a un abogado que no le suelte el desplante de: “yo se que tu eres culpable.” ?

Este cuenta-propista… ¿habrá entrado en una exorbitante deuda con alguna mafia subterránea que castiga a sus deudores con métodos creativos y políticamente correctos? No lo sabemos. La joven habrá fabricado toda esta historia cuando el taxista se negó ceder frente algún tipo de chantaje emotivo o lucrativo? Sencillamente, no lo sabemos tampoco. Vuelvo a repetir que quizás ella tenga razón y ese señor necesita ser re-educado, pero al parecer ya está siendo castigado ¿por el color de su piel?…espero que no. ¿Por su clase social? También espero que no.

Las veces que he estado en Cuba no he visto a los cubanos tan separados por el problema racial. Sería un grave error luchar contra el racismo en la isla imitando a los que luchan contra el mismo problema en los Estados Unidos en un escenario totalmente distinto y marcado profundamente por antiguas segregaciones que en Cuba fueron menores.

 

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