Damas de Blanco NO diálogan

By Yadira Escobar on

¿Que se puede hacer ante este irónico espectáculo de opositores cubanos que no toleran otra visión de Cuba a pesar de sus alardes liberales? ¿Pretenden estos radicalizados sujetos tomar a la fuerza el curso de la nación en el nombre de conceptos tan sagrados como la libertad y la democracia, sin molestarse en practicar la tolerancia?

Fui invitada al programa “Tardes Con Fuste” en el canal de AméricaTevé, para debatir con la portavoz de las Damas de Blanco, María Elena Alpizar. No esperaba coincidir con ella porque ese grupo ademas de haberse descarriado de su original propósito y recibir financiamiento exterior, demuestra no ser patriota al apoyar las sanciones que castigan al pueblo de Cuba. Sin embargo, esperaba un debate que siguiera reglas civilizadas para que cada parte pudiera claramente exponer sus puntos. Eso no fue posible, pero no lamento el intento, porque de alguna manera quedó bien clara la posición doblegada de esa oposición a la narrativa de la extrema derecha cubano-americana. La mayoría de los cubanos y de los norteamericanos quieren una verdadera amistad entre Estados Unidos y Cuba, y sólo una minoría que se alimenta del conflicto sigue insistiendo en la confrontación.

Traté de explicarle a mi oponente como la política de Trump perjudicaba a la disidencia, pero al parecer eso no le importaba para nada y afirmó que a ella la beneficiaba.

Evidentemente quienes conspiran por un cambio de régimen en Cuba y susurrran a los oidos de Trump, no confían en la capacidad de la disidencia actual a pesar del apoyo público, y tienen más fe en los funcionarios corruptos y en los reformistas comunistas. Esto explica porque el discurso de Trump fue contra las fuerzas armadas y no contra el PCC. Creo firmemente que fue seducido por quienes le presentaron un escenario de una Cuba parecida a la antigua Unión Soviética, y el sintiéndose un poco como Reagan, imagina una Perestroika entre los grandes del PCC en la isla a los que está dispuesto a apoyar (a pesar de lo que dijo del comunismo) con el envío de sutiles mensajes como ese de permitir remesas a cualquier militante comunista. En cambio, se lo prohíbe a cualquier diputado, de cualquier asamblea popular, aunque no sea comunista. De más está decir que si un disidente es elegido como diputado, automáticamente sería castigado con las prohibiciones de Trump, quedando bien en claro la intención de desanimar la participación de la disidencia en el proceso electoral cubano.

Las Damas de Blanco nunca serán ni pretenden ser un partido político o participar en los procesos electorales. Por esta razón, no hacen el menor esfuerzo a favor del pueblo cubano mas allá de sus reclamos hipócritas de democracia. Donald Trump, mal aconsejado por los representantes la minoritaria derecha radical, ha dado públicamente su apoyo a las Damas de Blanco y al viejo discurso de odio y rencor. Este error político tendrá que ser corregido tarde o temprano pues cierra muchos caminos que el necesitará cada vez más.

Hasta el día de hoy, estoy por conocer un opositor cubano (todos exaltados a altos niveles de fama internacional por gobiernos y la prensa), que se atreva a debatir conmigo en la TV sin reventar en apasionada intolerancia. Quienes quieren pluripartidismo en Cuba, ¿no cuentan con la existencia de otros partidos que les lleven la contraria? ¿Creen que todos los cubanos pueden ser representados por opositores neo-liberales que desprecian toda la labor de las generaciones anteriores?

Cuando los demás hablan, uno debe esforzarse–aunque parezca que el otro está garrafalmente equivocado. Es un principio básico de la civilización occidental y no importan las diferencias ideológicas pues estamos obligados a convivir en la diversidad si queremos que los Derechos Humanos sean algo más que una declaración estéril.

Disidentes y opositores que viven sin trabajar y dependiendo del dinero de nuestros impuestos en los Estados Unidos insisten en que no se les permite un espacio en la TV estatal en la isla para exponer “sus opiniones políticas”. Como en Miami la TV privada si les ofrece esa oportunidad, uno esperaría algo así como un adelanto de la Cuba que ellos proponen para el futuro en la isla. Nada de eso. Todos somos testigos de su verdadera intención política al comprobar que apenas comienzo a plantar mi visión, interrumpen con gritos para ahogar mi voz. No me gusta tener que alzar un poco la voz en la televisión para poder escucharme a mi misma…en el turno que me corresponde. Terminan siendo estos circos una copia Miamense de la Cuba de Batista, osea, sin mucha libertad de expresión.

Esta ultima participación me recordó mucho al otro desastre que ocurrió con el líder-fundador de UNPACU, Jose Daniel Ferrer. Aquel gritó más aún y destilaba otro tipo de odio; el que resulta en puñetazos en alguna callejuela oscura, tal vez por ser varón.

 

 

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