Neo-Anexionistas en aprieto

By Yadira Escobar on

Ileana Ros-Lehtinen

Cuba le debe unos $8000 millones a los contribuyentes norteamericanos por reclamos, según Ileana Ros hoy en la audiencia del Subcomité de Relaciones Internacionales para el Hemisferio Occidental del Senado, en Washington DC. Ella deja sobre la mesa la idea de que los cubanos de la isla tienen que pagar antes de cualquier normalización. También ha insistido en acusar a la Casa Blanca de “haber negociado en secreto” con: “está sádica dictadura” según sus propias palabras.

El opositor Antonio Rodiles, que ha sido invitado junto a otros opositores cubanos a participar de está audiencia también se ha sumado a esta acusación contra el ejecutivo norteamericano y ha calificado la acción de Obama como algo “sin sabiduría”. La verdad es que parece una falta de respeto al presidente de todos los norteamericanos que Marco Rubio haya cuestionado junto a Bob Menendez y este grupo de neo-anexionistas cubanos la acción histórica y patriótica del presidente Obama. Si seguimos el curso de esta audiencia y aceptamos las reglas del juego, podemos entender la posición distante que estos opositores mantienen e incrementan con relación al pueblo cubano.

Ellos se presentan sin ser elegidos por nadie como representantes de la sociedad civil cubana y en mi opinión no logran ocultar su interés privado en seguir siendo sostenidos por una mano extranjera.

Berta Soler habló de “discriminación contra nuestros hijos en el sistema escolar” y esto me parece una incoherencia con su propia formación en el sistema público cubano. Su propia hija y una sobrina adquirieron una educación superior en Cuba, y hace un tiempo obtuvieron uns becas regaladas en el Miami Dade College gracias a que ya contaban con al menos un grado 12 en Cuba, ya que de lo contrario no hubieran podido calificar para esas becas.

La hija del disidente cubano Oswaldo Paya siguió insistiendo en “investigar” junto a extranjeros la muerte de su padre y se presenta con las apariencias de una opositora cubana cuando en realidad ya vive aquí en Estados Unidos, igual que el resto de la emigración.

Manuel Cuesta Morúa demostró estar disgustado ante una supuesta avalancha de aceite y pollo desde los negocios agrarios norteamericanos hacia Cuba, porque según él “a corto plazo, lo que es bueno para la industria norteamericana y los estómagos de la isla, probablemente no sea bueno en el largo plazo para nuestro proyecto de país.” Se nota que este señor no le importa mucho el bienestar material del pueblo cubano por cierto, sino su agenda política.

Bob Menendez ha dicho al estilo de un comerciante que “18 meses de negociaciones secretas producen un mal negocio” y tal pareciera por sus palabras que los dos gobiernos de Cuba y Estados Unidos fuesen entidades ilegales, no reconocidas por las Naciones Unidas.

Apesar de todos sus esfuerzos, los neo-anexionistas cubanos no podrán impedir que la nación cubana se beneficie del momento histórico, ni desarrolle esperanzas al fortalecerse el canal diplomático que rompe con décadas de locura y maldad.

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