Trump desmantela la obra de Obama

By Yadira Escobar on
Museo de la Brigada (2506) organizada por la CIA en 1960 para derribar al gobierno Revolucionario en Cuba

Los malos consejos y presiones de poderosos grupos de cubano-americanos anclados en el sur de la Florida dejan sentir su influencia desde aquel vergonzoso Memorándum Presidencial firmado por Trump en junio del 2017 en un pequeño teatro en Miami rodeado de extremistas de derecha que siempre han apoyado las sanciones contra Cuba. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) “está modificando las regulaciones para eliminar la autorización de”“people to people”, que como proyecto de intercambio de pueblo a pueblo favorece el acercamiento entre dos países destinados por su cercanía a una saludable normalización en todos los niveles. Los cruceros ya no irán a Cuba, tampoco botes privados de ningún tipo y algunos retrogradados saltan de alegría al ver surgir trabas al comercio, al libre movimiento y a la felicidad humana.

Trump desea la reelección y cuenta con las estructuras de poder republicano en el sur de la Florida donde la propaganda contra Cuba es muy activa y donde el poder invierte esfuerzos y recursos en mantener vivo el mito de la lucha contra el comunismo y contra el “régimen cubano”. La industria de la contrarrevolución ahora ha dado una lamentable estocada contra las buenas relaciones entre ambos pueblos, pero también contra el mercado libre y a la larga contra los Estados Unidos, pues Cuba es vital como puente de entendimiento con los pueblos del sur para que la América del norte no quede aislada políticamente hablando.

Hace unos días llegó a la ciudad de Hialeah Gardens un trozo de historia manipulada para sostener la narrativa anti-cubana. Se trata de lo que queda de un avión de combate B-26 que estuvo todos estos años en Guatemala y que ahora será exhibido en el museo de la Brigada 2506.

Foto: Josh Escobar
Foto:Josh Escobar

La brigada 2506 organizada y dirigida por la CIA es vista en Miami por muchos como la responsable directa del rumbo socialista que tomó la Revolución cubana del 59 como reacción al ataque de la inteligencia norteamericana (CIA). Y ocurre muy a menudo que cuando los veteranos de la brigada exigen a las nuevas generaciones de cubanos en la emigración que se involucren más en la lucha contra el “regimen comunista” que reciban como contesta: “Ustedes lo pusieron ustedes los quitan”.

Foto:Josh Escobar

Seis años antes (1954) la CIA había sido exitosa en derribar en Guatemala al gobierno de Jacobo Arbenz y había un exceso de confianza en la victoria, pero en Cuba las cosas fueron diferentes. Todavía hoy no se sabe con mucha claridad cuanto costó al pueblo cubano esta aventura contra su soberanía. La cantidad de milicianos muertos debe haber sido alta resistiendo el ataque.

La resistencia de los cubanos hoy en la isla no es contra ataques violentos como en Bahía de Cochinos (aunque pudieran ocurrir en cualquier momento). Hoy la batalla es de ideas, de conceptos y de resistencia al bloqueo. Trump continua desmantelando toda la obra de Obama para complacer a sus aliados en los distritos electorales del sur de la Florida (a pesar de que el Condado Miami-Dade no votó por Trump sino por Hillary Clinton). El votante de origen cubano sabe muy bien que la narrativa construida contra el sistema cubano le cuesta al contribuyente aquí millones de dólares y que hay muchos políticos viviendo de esa narrativa. Ya Fidel Castro no está en el escenario político y también han fallecido muchos viejos batistianos, pero la propaganda continúa agitando bajas pasiones y dividiendo a la nación cubana en disputas sin salida. La emigración cubana necesita sacudirse a esos viejos parásitos que viven del recuerdo de amarguras y que cultivan cuidadosamente todo tipo de rencores contra los que viven en la isla. Necesitamos representantes verdaderos de la emigración apoyados por cubanos de buena voluntad para que la política se ponga al servicio del interés general y deje de ser un arma de los que odian y destruyen.

 

 

 

 

 

 

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