PRIVATIZAR A CUBA NO AYUDA

By Yadira Escobar on

 

 

 

 

 

 

 

Cuando Boris Nikolayevich Yeltsin lanzó el ejercito contra el parlamento ruso no solo quería asesinar a los diputados del pueblo ruso por ser sus contrarios políticos, sino sembrar el terror necesario para descaradamente vender a bajo precio toda la riqueza pública. Eso era lo que se esperaba de el desde los centros mundiales de control financiero; que pusiera a la recien nacida democracia bajo control.

Con Alemania oriental también quedó bien claro que las privatizaciones fueron un medio para desmantelar a las eficientes fábricas de productos durareros que tanto daño podrían causar a la codicia de los monopolios de la Alemania capitalista. Muchas fabricas fueron sencillamente desarmadas tras ser compradas a muy bajo precio. Lo vemos hoy en Grecia. Quieren privatizar de espaldas a la opinión pública, y para nada se tienen en cuenta los parlamentos del pueblo.

En américa el caso más escandaloso de venta de lo público sucedió en Argentina. Una deuda externa descomunal abrió paso prácticamente a la confiscación de la riqueza colectiva, y el ciudadano común fue testigo no de una aplicación del neoliberalismo a la fuerza como en el Chile de los militares, sino a través de la traición de partidos políticos que decían una cosa en periodo electoral, y hacían lo contrario en el poder.

Por todas partes vemos la misma receta, la misma recomendación bancaria “privatizar lo público”. Para engañar a los pueblos el primer paso es endeudarlos de manera excesiva, y más tarde chantajear con la opción de nuevos créditos bajo condiciones ¿Que tipo de condiciones?, pues poniendo a la venta todo bien público. No importa si se trata de una empresa rentable que aporte beneficios sociales, o que produzca riqueza nacional, de lo que se trata es de controlar, y eso solo es posible desvinculando al estado del compromiso social. Es verdad que el estado benefactor muchas veces es culpable de la deuda externa contraída por el gasto social (Educación y salud pública sobre todo), pero también es verdad que banqueros internacionales son reacios a los créditos destinados a industrias nacionales, cuando en estos proyectos esta involucrado el estado.

La forma en que la disidencia “académica” dentro de Cuba trabaja por socavar las bases del estado SIN CONTAR CON LOS DISIDENTES TRADICIONALES, demuestra estar dirigida a un objetivo subversivo a largo plazo que margine a los elementos más nacionalistas dentro de la oposición al gobierno cubano, para de esta manera formar un frente “intelectual” favorable a las privatizaciones masivas. Las estrechas relaciones entre estos “iluminados” y los servicios de inteligencia exteriores nos recuerdan a las que se formaron en los países de europa del este bajo supervisión extranjera. Una disidencia artificial, sin contacto real con la sociedad civil cubana y fuertemente conectada a cátedras universitarias en el extranjero seria la encargada de convencer a los cubanos de que el camino de la felicidad social esta en vender todo lo público, para encauzar el destino nacional por la senda de la eficiencia económica. Esto es una falacia mayor que explota el hecho real de que la sociedad totalitaria es un fracaso, y aprovecha la herencia que deja el partido comunista en todos los estados bajo su control; LA DECADENCIA DEL SENTIMIENTO NACIONALISTA. El marxismo trabaja con mucho entusiasmo en contra del nacionalismo, hasta que pierde el poder. Entonces dejan el estado arruinado y endeudado, listo para ser liquidado por los disidentes privatizadores.

Sobre Cuba hace unos años ya revolotea una deuda externa comprada y vendida con timidez especulativa, pero al parecer el estado cubano no ha contraído compromisos con el FMI, ni con el Banco Mundial. Seria triste ver privatizada la poco riqueza común de los cubanos, y despreciable desde el punto de vista político si comienza como un proceso involutivo producido por la corrupción, de allí que las empresas públicas que producen riqueza en Cuba deben estar sujetas a un control estatal. Se que la nación cubana atraviesa un momento histórico de transición que si las fuerzas del neoliberalismo penetran sera para mal prolongado de todos los cubanos, y esa penetración se da en todas partes en medio de una corrupción de las costumbres que entrega el destino nacional en manos de los tiburones financieros internacionales.

 

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