La frustración de jóvenes cubanos que una vez fueron liberales izquierdistas sigue siendo aprovechada por la nueva derecha radical cubana-americana ya que todo pensamiento necesita un relevo. No se nutre esa derecha radical de sus hijos naturales que produjeron en suelo americano porque sus descendientes están demasiado alejados de sus raíces y no les importa el pueblo cubano. La educación de un cubano Republicano es tan anexionista que sus hijos no logran superar el embrutecedor estereotipo de una isla comunista que necesita un cambio de régimen. Por lo tanto, la extrema derecha principalmente se dedica a reciclar (lo mejor que puede con promesas y privilegios porque tampoco hay dinero pa’ tanta gente) a los hijos de la Revolución.
El descenso comienza por la Falsa Izquierda; liberales social-demócratas que critican al partido y al legado de Fidel, pero defienden sólo causas promovidas por Google. Muchos logran un modo de vida en esas aguas tibias, pero ese camino pasa por el elitismo intelectual y termina en las filas de la derechista contrarrevolución de toda una vida. No, jovenzuelo, no seras creativo si embarcas por esa vía, porque esto ha ocurrido por décadas y aquellos “intelectuales disidentes” ya fueron enterrados y olvidados en el corazón de la extrema derecha. El cambio de estos intelectuales de izquierda hacia la derecha tiene raíces más psicológicas que ideológicas por lo tanto no termina produciendo un pensamiento coherente que gane corazones de forma eficaz y a largo plazo.
Con la pretensión de heredar la narrativa de aquellos intelectuales que chocaron con lo nacional-popular en los días del ‘quinquenio gris‘* y huyeron a Paris o New York, se pretende crear una élite no elegida por nadie para que decida por todos. Así pueden encerrarse en sus ‘laboratorios’ de ideas pagados por entidades ocultas para preparar sermones diseñados para persuadir a los cubanos de la isla sobre la idea de que entregar la soberanía es un buen negocio.
Van al fracaso. Mientras tanto hacen daño y favorecen el bloqueo a Cuba con su odio cubierto entre palabras rebuscadas.
Un caso representativo de universitarios formados por la Revolución e integrados al oficialismo, que después de la caída del Muro de Berlín resbalaron y descendieron por la Falsa Izquierda para caer al fin en la extrema derecha, es Zoé Valdéz. Se puede recapacitar y cambiar en la vida pero traicionar a los tuyos es inadmisible, mucho menos si se trata de un deseo materialista por incorporarse al odio y al rencor trasnochado del bando económicamente más prospero. Hace unos días, la escritora cubana dijo literalmente que “el pueblo de Cuba no tiene alma“. Analizo sus palabras y llego a la conclusión de que está hablando de si misma.¿Se puede perder el alma al odiar a la propia nación?
El discurso sigue siendo tan crispado como el de los anti-castristas de la guerra fría, lo que ahora con la desagradable mezcla de valores contrarios. Se arrastran pequeños trozos de pensamiento izquierdista que combinados con los valores de la extrema derecha pueden degenerar en un discurso fascista. Puedo poner de ejemplo lo que ocurre en ahora en Venezuela, donde los antiguos social-demócratas apoyan las manifestaciones violentas que hasta queman vivas a las personas sospechosas de tener una opinión contraria. Las guarimbas son una expresión fascista cuando no se repudia la paz, al igual que las manifestaciones de Antifa en EE.UU. que no son progresistas—sólo anti-sistema.
*Nota: Para la población cubana nada tuvo de gris ese quinquenio (1971-1975) Los recursos limitados fueron destinados a la cultura general y a la educación masiva. Era una prioridad cumplir con la voluntad general aunque se quedara mal con parte de la izquierda internacional más concentrada en los derechos individuales de algunos escritores que se veían censurados o dejados a un lado por la burocracia y el dogmatismo. Otra parte de la izquierda mundial comprendió la magnitud de las amenazas contra la Revolución y siguió siendo solidaria con un proceso concentrado en las clases más humildes de la población.
En este último episodio de Moderna, el tema también fueron los intelectuales de pacotilla que no contribuyen a nada pero si atentan contra su propio país. Escucha el audio aquí!