Hace unos minutos en el supermercado leyendo tabloides explotando la caida de Clinton.
El 63.7 por ciento de Miami-Dade voto por Hillary Clinton y el 34.1 a Trump. Por lo tanto, el presidente electo no le debe nada a la extrema derecha en Miami. Trump dijo frente a los veteranos de la brigada 2506 que iba a revertir el acercamiento de Obama con Cuba, pero eso ya es una tradición en Miami llena de simbolismo que no define las políticas reales de los grupos de poder económico en nuestra comunidad. Cuando la congresista Ileana Ros-Lehtinen dijo que no apoyaría a Trump hacia rato que ya poderosos señores de la extrema derecha estaban decididos por Hillary Clinton. Marco Rubio, que si apoyó a Trump, tan solo obtuvo un 43% de los votos de Maimi-Dade, perdiendo el condado a Murphy el demócrata.
Mientras es verdad que las nuevas migraciones son un voto demócrata, al igual que el de los nietos de la antigua derecha cubana-americana tampoco debemos descartar las señales de fraude.
El mismo Broward que votó Democrata está implicado en serias acusaciones de rampante fraude electoral. No solo Wikileaks nos ha permitido ver cuan real es el fraude de parte del partido demócrata. También, la serie de episodios del “Project Veritas Action” del periodista independiente, James O’Keefe ,sin dudas ayuda a entender más las maniobras secretas de la élite del partido. Ahí, entendemos que no sólo miles de votos fueron falsificados para Hillary en estas elecciones, sino que tambien usaron esos métodos estafadores para asegurarle la victoria a Obama en el 2012. ¿Como no me voy a sentir defraudada por mi partido? Producto de estas revelaciones, temí mucho que a Trump le robaran las elecciones y al vivir en tiempo real como se siente ser victima de la corrupción política, les confieso que la experiencia me ha agudizado la sensibilidad contra este mal que con tanta insistencia en EE.UU. nos inculcan desde pequeños que es inexistente, pues tenemos una gloriosa separación de poderes.
Como prueba que mis temores estaban en lo cierto, nos aseguran que Clinton ganó el voto pupular casualmente en los estados donde habían sospechas de fraude, con imágenes de autobuses dándole la vuelta a la manzana. Sin embargo, gracias a Dios, a pesar del fraude electoral ganó Trump tal y como se votó. Ahora podran decir lo contrario, pero quienes verdaderamente tienen miedo de revelar su voto son los Trompistas tímidos.
El movimiento popular a favor de Trump en todos los Estados Unidos tiene un carácter nacionalista que ganó el voto rural junto al de los trabajadores autóctonos frente al mundo de las corporaciones globales y los banqueros internacionales. Parte de la juventud que apoyaba a Sanders por su discurso anti-Wall Street se pasó al bando de Trump y las mayoria de las mujeres al parecer no fueron tan vulnerables a la propaganda anti-Trump y le negaron su voto a Clinton. Tampoco el voto latino se dejó manipular por el tema migratorio, sobre todo porque Obama ya había destruido demasiadas familias latinas deportando masivamente.
Durante ocho años la administración de Obama facilitó el radicalismo liberal e ignoraron que Estados Unidos en su más cruda esencia es un pais muy religioso. La cultura Judeo-Cristiana también ha reaccionado desde lo popular, y esos baños públicos donde pueden entrar lo mismo una niña que un varón adulto con la excusa de que se siente mujer, fue demasiado para una nación que aunque se fundamentó en el liberalismo clásico, no reconoce el relativismo moral de la Ideología de Genero.
Pizarra illustrada por Levi Escobar del mapa electoral, segun la data fue siendo disponible.
La dividida, izquierda norteamericana ha permitido que socialistas que reniegan de marx, y social-demócratas corruptos manchen la reputación del viejo socialismo comprometido siempre con las clases trabajadores y con la paz mundial y hoy un millonario elegido presidente recibe amenazas de muerte por representar la nacional y lo popular.
Imagino que Trump debe provocar celos en una izquierda que no supo defender el derecho al trabajo, y que no condenó con suficiente energía la injerencia en la vida de otros pueblos. La respuesta crispada contra Trump ya está en las calles y grupos de criminales aprovechan para desatar su odio y codicia contra la propiedad ajena, esto tampoco representa la izquierda por muchas banderas rojas que CNN muestre a los televidentes. La torpeza de Hillary en reconocer inmediatamente su derrota e insinuar que la gente saliera a protestar, solo le ha traído un dolor de cabeza a la administración de Obama que, o deja que se rompa el orden social agitado por los grandes medios, o reprime y maltrata convirtiéndose en el malo de la película para mal de los demócratas.
Volviendo a Miami y analizando las razones por las que la derecha votó contra Trump sospechamos que están directamente relacionadas a la industria de la contrarrevolución y a sus vínculos estrechos con las políticas imperialistas de la élite demócrata. Una nueva masa de votantes cubanos recién-naturalizados también están votando demócrata sumándose a las élites anticastristas de Miami.
El Miami Herald, los canales de Televisión local y sobre todo Univisión hicieron campaña contra Trump influyendo en la opinión pública. También la izquierda en Miami y sus patrocinadores apostaron por Hillary, mientras la entidad federal Noticias Martí no dejó de insinuar que Trump no estaba calificado para ser presidente
La extraña coincidencia entre personajes vinculados a la “Inteligencia Norteamericana”, la élite de la extrema derecha cubano-americana, la izquierda de Miami y las empresas Charters de vuelos a Cuba debería ser entendida como un fenómeno de inercia política y falta de rigor critico inculcado por los grandes medios de comunicación comprometidos con la globalización corporativa y con lo peor del Partido Demócrata en Estados Unidos.
Cuando Reinaldo Taladri le dijo ayer a los cubanos en la “Mesa Redonda” (TV-Nacional) que todos se equivocaron y que nadie sospecho de la victoria de Trump, mas bien debería decir: “Nos equivocamos en el pronostico por creer en los grandes medios capitalistas.” La clase pensante y gobernante de Cuba, debió buscar medios alternativos (voces como la mía que no están pagadas por nadie ni tenemos nada que perder a la hora de hacer juicios), pues medios como CNN, TeleSur, Washington Post, los del Grupo Prisa, etc. siempre ponen sus intereses primero, sean de izquierdas o derechas. Esos blogs sencillos, esos tuiteros anónimos o los conductores de radio de poca audiencia tienen más los pies sobre la tierra que los especialistas de renombre. Los escándalos de Hillary Clinton fueron más grandes que el propio “Watergate” y actualmente los indisciplinados liberales nos quieren llevar a una guerra civil.
No veo bien cuestionar ahora la validez o legitimidad del proceso electoral de Estados Unidos, porque a los demócratas no les gustararan los resultados. eso no es ser un ciudadano responsable. La estabilidad del sistema es más importante que lograr poner a la fuerza una mujer en la Casa Blanca para complacer a los perdedores. La falta de madurez del lado perdedor que ya ha degenerado en violencia en las calles, se debe a las mentiras de la Gran Prensa que durante meses aseguró la victoria de Clinton y la descabellada insinuación que hizo la propia Clinton a sus seguidores de salir y expresarse. También el total silencio complice de Obama (en vez de salir a repudiar la violencia)…también estoy convencida que profesionales agentes del partido Demócrata están detrás de estos disturbios.
Donald Trump debe tener una política exterior coherente. No puede respetar a Rusia y al mismo tiempo meterse en los asuntos internos de Cuba o de Venezuela. Como no tiene una deuda con los anti-castristas en Miami que le abandonaron en el voto( al igual que le sucedio a Marco Rubio)…debe seguir profundizando las relaciones con Cuba y destacarse en superar lo que hizo Obama. Voy a pedirle a Trump que elimine el bloqueo contra Cuba. Naturalmente este es un asunto que requiere mayor profundidad y dedicación, pero ya con tiempo les comunico mis deseos y planes.