MÁS ILUSIONES PARA EL 2013

By Yadira Escobar on

 Esperemos que no sea necesario un truco basado en codicia para estimular el animo de una nueva sociedad más optimista en Cuba. Dicen que los cubanos somos alegres, estoy de acuerdo, pero alegría no es optimismo. En las sociedades de mercado, la sociedad civil esta enajenada por ilusiones burguesas continuas que a menudo entretienen a la gente con la idea de un “golpe de suerte” que las saque de la pobreza y marginación y los situe en medio de las élites felices.

La clase trabajadora aunque se organice en sindicatos, y critique los excesos del mercado, casi siempre sostiene una escala de valores totalmente burguesa que ven como un sueño no logrado, y esto depende en gran medida de la habilidad de las clases con poder político para involucrar a TODOS en el sueño del progreso material. El materialismo, la cultura de codicia, y la creencia supersticiosa de que “”la suerte es loca y a cualquiera le toca” les entretiene y no son capaces de organizarse como ciudadanos con los pies en la tierra, que luchen por metas posibles.

La lotería en todas las sociedades de mercado resuelve un problema de las élites financieras, que es el de hacerse acompañar por el entusiasmo de las masas. El pueblo trabajador existe, pero se enajena por un momento en el sueño de ser millonario, y por ese periodo de tiempo deja de ser EL PROLETARIO, y tras el anuncio público de que solo una persona ganó el sorteo, vuelve el obrero a su trabajo, quizás algo desmoralizado por haber abandonado por unos instantes su pertenencia a la clase social de los desposeídos.

Existe un  método mas honesto para entusiasmar al trabajador, que consiste en motivarle a lograr metas mas cercanas a la realidad, como una casa decente, un trabajo estable, o unos servicios públicos no privatizados. Esperemos que en nuestra bella islita (Cuba) los burócratas entiendan que si ellos estan aburridos por su tediosa obra de dirigir un estado inmovilista, mas desanimados aún estan las clases trabajadoras en su lucha diaria dentro de un sistema que no infunde ilusiones. No hace falta una lotería que  manipule la codicia colectiva por evadir su clase social, sino un proyecto de renovadas ilusiones que motive el esfuerzo porque exista una posibilidad real de una vida mejor.

 

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