PENA DE MUERTE Y SOBERANIA

By Yadira Escobar on

PENA DE MUERTE

He sabido de la condena en Cuba de los ciudadanos Jorge Luis Salazar y Reiner Armas a privación perpetua de libertad por unos horribles crímenes planificados con el exclusivo objeto de apropiarse del dinero ajeno. Cuando he leído los detalles veo que trataron de asesinar a cinco personas, pero una logró salvar su vida, y me parece que la cadena perpetua es lo menos que se puede hacer en términos de justicia para casos tan abominables como estos. Me pregunto ¿Si en Cuba existe la pena de muerte, para que casos se reserva?

Cuando un guapo de barrio en Cuba dice: “de la cárcel se sale pero de la tumba no” está haciendo una declaración antisocial que sólo puede neutralizarse con leyes más severas. Hay personas que sólo respeta lo que teme, y se sabe que si todos fuéramos perfectos no haría falta gran parte de la ley. Cuando el delincuente conoce de la “cadena perpetua” al menos ya sabe que de la cárcel no siempre se sale, pero también existen asesinos que no les asusta tanto ir a la cárcel, y son esos los que más fácilmente quitan la vida al inocente a pesar de que suelen ser por cierto los que más se aferran a su propia existencia. Para ellos pienso yo, la única sanción lógica de defensa social es la pena de muerte. No veo otra alternativa para evitar la violencia generalizada que la mano dura contra el crimen, pues estos sujetos ya saben de manera anticipada al delito que de ninguna manera serán ejecutados por haber asesinado, y por eso hacen lo que hacen.

Entiendo que al haberme criado en los Estados Unidos veo la pena de muerte como parte del derecho. Uno de los actos de mayor soberanía es poder condenar a muerte a un ciudadano que rompe el más sagrado de los derechos ajenos: el derecho a la vida. En Estados Unidos el derecho a la vida se pierde al convertirse el ciudadano en un asesino, y casi todos los estados tienen la pena de muerte en su sistema estatal de justicia, además de que el Gobierno Federal impone también la pena de muerte.

Aquí va una nota curiosa, desde 1984 solo quince mujeres han sido ejecutadas en Estados Unidos, en contraste con el inmenso número de mujeres asesinadas por sádicos criminales en ese mismo periodo de tiempo. Alguien pudiera argumentar que se nota que las ejecuciones legales no frenan las ilegales, pero yo pudiera sugerir cruzar la frontera hacia el sur y estudiar las regiones donde no existe la pena de muerte legal y donde la violencia generalizada es todo un reto al supuesto monopolio de la violencia en manos del Estado.

Existe un gran movimiento en contra de la pena de muerte en todo el mundo, pero Estados Unidos hasta ahora no ha considerado cambiar sus leyes y sigue ejecutando a los asesinos. Yo personalmente creo que la sociedad tiene derecho a defenderse de los asesinos. El Estado como única entidad con capacidad de generar derecho y de poseer fuerza para aplicarlo, puede aplicar la pena de muerte para proteger a los más débiles ciudadanos y esto es totalmente legítimo desde el punto de vista democrático, pues bastaría preguntarle a la sociedad civil sobre el tema.

La teoría de que los seres humanos son básicamente buenos y que el peor criminal puede ser re-educado puede fascinar a los más ingenuos, pero los platos rotos de esas teorías los paga el pueblo. Las acciones criminales de gente que abusa de los buenos ciudadanos merecen mano dura. Cuando un criminal planea con frialdad un despiadado asesinato, y elimina de este mundo a un inocente, el también debe salir de este mundo, que con seguridad sin su presencia será más bello y pacífico.

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