Disidentes Cubanos roban Propiedad Intelectual

By Yadira Escobar on

Como los disidentes en Cuba no practican lo que predican, no tienen costumbres democraticas ni respetan la propiedad ajena. Ellos viven en permanente crispación los unos con los otros, y nunca logran la unidad que anuncian buscar, porque si todos pretenden ser caciques, habrá pelea de bajo mundo. La competitiva oposición jamas podrá unirse si continúan usurpando ideas no propias sin reconocer a los originales creadores. Cuando conocen de alguna atractiva iniciativa ajena, usan diferentes recursos para apropiarse del esfuerzo de otro sin pagar royalties. 

El vicio de robar la propiedad intelectual del otro cubano más creativo, es tan extendida que por esa razón los proyectos a veces se parecen tanto, el lenguaje se confunde y estos opositores cubanos hasta tratan de expropiar a la izquierda de sus más nobles aspectos con tal de engañar al publico.

Es bello inspirar a los demás, pero el plagio es un crimen.

El ya fallecido disidente Oswaldo Paya fue promovido como el supuesto creador del “Proyecto Varela” que pretendía cambiar el sistema cubano por un camino constitucional, pero dicho proyecto no fue una creación suya, según lo denuncian varios disidentes, quienes afirman que dicho proyecto fue presentado a Paya para que lo hiciera conocer en un peña de católicos de la cual era miembro. A Oswaldo Paya se le pidió que añadiera su firma en apoyo, no para que se apropiara del proyecto en su totalidad. No fue “inspirado”; robó a esos disidentes su obra creativa–cambiándole al proyecto sólo el nombre.

Oswaldo Paya declinó participar en dicha iniciativa argumentando que: “no era el momento oportuno” y demostró hasta temor de tal idea, para más tarde reciclarlo y anunciarlo como si fuera una iniciativa propia. Ese es el origen del “Proyecto Verela” según el testimonio de disidentes que residen en Estados Unidos hoy en día.

La hija del fallecido disidente, Rosa Paya, titula a su padre como “Líder de la oposición en Cuba” en un intento por fabricarse una legitimidad heredada por causa de un proyecto que todavía está en disputa por las denuncias de otros disidentes.

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