CUBA NECESITA DE LA DIASPORA CUBANA PARA SALVARSE.

By Yadira Escobar on

  Cuba es un país pobre y dependiente de prestamos internacionales. Por cada dolar que se genera en la ísla, 30 centavos son para pagar servicios de deuda externa. El FMI tiene un plan para Cuba; comprar su deuda y obligarle a definir el concepto de soberanía. Si la dirigencia de la sociedad política en Cuba no hubiera odiado tanto a sus oponentes cubanos, y se hubiera trabajado por la unidad nacional, a estas alturas ya pudiéramos estar financiando un nuevo orden nacional con dinero propio, ya que miles de exiliados se hubieran sumado a un proyecto que les tuviese en cuenta, PERO DESGRACIADAMENTE NO HA SIDO ASI.

El gobierno cubano no desea inversionistas cubanos, sino extranjeros. Bruno Eduardo Rodríguez Parrilla en un encuentro con el grupo CAFE (cuban americans for engagement) dejó muy en claro que solo se desean inversiones gigantescas de dinero, y no miles de pequeños inversionistas de origen cubano. Quizás para ellos es más cómodo lidiar con grandes capitalistas, y no con multitud de pequeños empresarios, pero la economía de un país es algo muy complejo y cuando se centraliza en manos de cuatro gatos súper-millonarios, generalmente quien sale perdiendo es el país huésped.

La revolución cubana tuvo mucho de ingeniería social. Se pretendió modificar las bases estructurales de toda una nación usando palancas políticas al servicio del imperialismo soviético, que para nada favorecía la industrialización, ni el aprovechamiento de las energías nacionales. Las clases medias y los inquietos se marcharon a Miami, y se llevaron consigo el espíritu de la pequeña empresa, de manera que el reto es hacer volver ese capital humano, que en definitiva es el único capaz de generar los empleos y la dinámica social de la autogestión. El mercado emancipado de la tutela del estado evoluciona más rápido que cualquier maniobra gubernamental, y para regularlo estan las leyes y el fisco, no el totalitarismo político.

La soberanía cubana queda perfectamente cuidada por el nacionalismo, que no solo genera unidad, sino que evita la fuga de capitales, y el éxodo de cubanos talentosos. Si somos más socialistas, o más capitalistas, eso debe definirlo la sociedad civil y la política a través del contrato social, no a la fuerza como pretende el PCC. Necesitamos un Estado moderno y fuerte robustecido por instituciones que no discriminen a los cubanos. Hay becas otorgadas actualmente por universidades cubanas a extranjeros, que ni pagando con su bolsillo un cubano tiene derecho por el solo hecho de haber nacido en Cuba. La igualdad jurídica no existe, porque daría acceso a los emigrados a un conjunto de derechos nacionales que se distribuyen a la manera feudal por la elite marxista. El inmovilismo se resiste a los cambios, y teme al 10% de los cubanos, pero sin esa parte fundamental de la nación participando, el país no tiene futuro, porque no vendrán energías desde otras naciones cada una concentrada en sus propias crisis nacionales producto del derrumbe del globalismo.

Cuba necesita de la diáspora cubana para salvarse porque un organismo no puede tirar fuera un órgano y pretender seguir viviendo como si nada hubiera pasado, porque ante el derrumbe del globalismo el nacionalismo es la única opción viable para el aprovechamiento de las energías nacionales.

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