DESBORDANTE DERECHA

By Yadira Escobar on

miami under water

A la derecha política en Miami no le gusta que la llamen por su nombre, prefieren que les digan demócratas o “luchadores por la libertad”. Hace unos días lograron reunir un grupo compacto de exiliados frente al concierto de Buena Fe. Llevaban varios días convocando al exilio tradicional para que se “defendiera” de una supuesta invasión ideológica desde Cuba, solapada bajo el Intercambio Cultural. Vigilia Mambisa (organización anticastrista) fue excluida para no perturbar el ánimo de los más conservadores, y para proyectar una nueva imagen más moderada de quienes se oponen a dicho intercambio.

Miguel Saavedra con sus martillos y aplanadoras ha protestado contra el Intercambio Cultural desde el principio. Sin embargo, fue excluido por motivos estratégicos ahora, después de haber iniciado este movimiento. Quienes se organizan ahora contra los artistas cubanos que nos visitan creen que serán mas efectivos si apartan del camino a Saavedra y sus extravagantes protestas, pero en realidad la presencia de terroristas entre los que protestaron es algo mucho más repudiable, y a nadie parece haberle estorbado.

En momentos en que la disidencia cubana se hunde en el descrédito de las continuas batallas por dinero y protagonismo, una parte conservadora del exilio cubano esta tratando de organizar sus políticas excluyendo a quienes dan “mala imagen”. Esto me parece un gesto antidemocratico, y para nada representativo de la pluralidad de la emigración ¿Se atreverán a excluir a los terroristas? Imposible. Demasiados compromisos. El costo político de apartar a Saavedra es demasiado pequeño, si lo comparamos con el precio elevado que pagarían quienes se atrevieran a excluir a los bandidos de cuello y corbata, así que todo seguirá igual a pesar de las nuevas máscaras.

Hay gente sincera que anda confundida por Miami en estos días. Son gente manipulada por unos medios que día y noche les dicen como pensar y contra que protestar. El miedo al futuro económico, la tristeza de vivir separados de su país de origen, y la consecuencia existencial de estar atrapados en odios y rencores les hace enojarse contra jóvenes cubanos que no comparten esa actitud, y el abismo que fragmenta a la comunidad crece sin cesar alimentado por quienes viven del conflicto.

Se siente una brisa que viene del mar, quizás sea algo más que aire con salitre. Pudiera ser un aviso de días mejores para los que tengan su corazón optimista pero maduro. Es tan frágil la esperanza que algunos prefieren mirar hacia detrás y continuar sus batallas con las mismas armas de siempre. Las armas de las ideologías y de la vieja guerra fría, que desconoce el amor como herramienta política. Por mi, el huésped es siempre bienvenido, y si viene de la otra orilla, debemos abrir sin miedo las puertas de nuestro corazón, porque ese cubano, y el de aquí y el de más allá merece días mejores.

 

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