Visitando WRMI central

By Yadira Escobar on
Con Jeff White, dueño de la estación radial, en su oficina. Detrás de mi en el estante de cristal se hallan los múltiples radios de onda corta (incluidos los legendarios Selenas Soviéticos y hasta un Bef) de su colección privada.

Jeff White fundó Radio Miami International en 1989 junto al ingeniero ya fallecido Kiko Espinosa transmitiendo a través de varias emisoras en la onda corta (shortwave), pero finalmente solicitaron una licencia de la Comisión Federal de Comunicaciones de los EE. UU para poner una estación propia que desde 1994 salió al aire desde Miami. En el 2013 Radio Miami International compró la antigua estación de onda corta de Family Radio en Okeechobee, Florida, y las transmisiones comenzaron desde Okeechobee.

Mi programa de Moderna es posible gracias a este tipo de tecnología que es precisamente la que más me impresiona: la real que puedes modificar físicamente en persona sin tanta sofisticación, pero que es capaz de darle varias vueltas al mundo. Las maquinas en la estación requieren constante vigilancia (cuando la programación se suspende y queda en silencio, se dispara una alarma) y a pesar de costar literalmente millones de dolares, el extinguidor espera por si algo se prende en llamas de repente. Puedo apreciar el valor de la nano-tecnología o cuan delgados son los teléfonos inteligentes, pero más me impresionan los clásicos logros de nuestra civilización que con un poco de creatividad, puedes reparar en un taller de mecanica.

WRMI es ahora la estación de onda corta privada más grande del hemisferio occidental, con 14 transmisores (la mayoría de ellos de 100,000 vatios) y con 23 antenas que emiten en 11 direcciones diferentes a todo el mundo casi siempre transmitiendo programas religiosos. Hasta ahora he grabado moderna en los estudios en Miami así que me faltaba por conocer los estudios y oficinas administrativas de Okeechobee.

Finalmente visité el edificio del transmisor de 16,000 pies cuadrados que está a unas 20 millas al norte del Lago Okeechobee. Las antenas y los transmisores están ubicados en una milla cuadrada de tierra donde se pueden ver vacas, terneros y algún que otro caimán.

El equipo y yo fuimos en auto, lo que nos permitió de vez en cuando parar para disfrutar del escenario y créanme, los paisajes de la Florida, como toda región de nuestro bello planeta (aun a pesar de la interferencia del hombre que contamina) tienen su encanto particular.

Durante un atardecer, frente a la pequeña laguna habitada por caimanes tímidos que se sumergían cuando me acercaba. Las flores? Bueno, es una larga historia de Reconciliación y falta de tiempo.

Aparte de todas las experiencias, creo que la más agradable y relajante fue despertarme muy temprano en la mañana para salir a ver el amanecer junto a mi hermano Josh. Era sábado así que no tome fotos, por motivos religiosos. En esta época de fotografías, esa prohibición es un total alivio para mi. Andaba descalza al principio porque olvidé llevar chancletas y con una chaqueta arriba aún sentía mucho frió, pero no importaba, porque no habían obstáculos entre el amanecer silencioso y yo. Como el paisaje es plano, lo vi todo. Al rato me puse las botas y cuando las lejanas vacas vieron que nos acercábamos, comenzaron a correr en masa. Sentía en la tierra los golpes de su animado trote.  

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