Alianza Martiana: Disidentes de Miami

By Yadira Escobar on
Yadira Escobar fuera de la Alianza Martiana en Miami, 8 de octubre 2017

A principios de la Revolución cubana los exiliados se enfrentaban violentamente en Puerto Rico y en el sur de la Florida. Hubo disparos, bombas y muerte por razones ideológicas durante la guerra fría porque la propaganda agitaba los ánimos y todo el mundo creía tener la razón. Me gustaría poder decir que toda esa confrontación ideológica es cosa del pasado pero no es así.

Hay quienes insisten todavía en la formación de bandos enfrentados en la emigración. La formal guerra fría ha terminado, pero cada año se siguen destinando millones de dólares para propiciar un cambio de régimen en Cuba, así que de alguna manera continua la vieja batalla de ideas. Por esto, le digo a mis oyentes de Moderna que nunca bajen la guardia que la peor mentira por estos días es que te digan los poderosos que ya las batallas por tu mente han cesado.

Hace poco un grupo de provocadores de derecha en Miami se presentó en el local perteneciente a una organización de cubanos llamada Alianza Martiana para supuestamente discutir junto a los miembros de la organización sobre la nueva constitución cubana. Los clasifico como de derecha porque son personas que apoyan el cambio de régimen en Cuba por sufrir los cubanos bajo una “tiranía”. Como era de esperar, hubo un conflicto verbal, en especial porque los recién llegados se pusieron a dar discursos y a transmitir el encuentro no-amistoso en las redes sociales.

Honestamente, no me inclino a respetar una invitación al dialogo si vienen predispuestos a crear un show para las directas de Facebook porque el jugoso contenido que genera vistas casi nunca propicia una conversación calmada entre iguales.

Los provocadores que portaban camisetas con nombres de organizaciones políticas de derechas fueron expulsados y ese desafortunado choque entre cubanos comenzó a distribuirse en un vídeo por el Internet acompañado de acusaciones contra la izquierda en Miami tachada siempre como elemento al servicio del gobierno cubano.

No voy a decir que en la Alianza estén acostumbrados al debate o la tolerancia porque definitivamente, son una agrupación bastante encerrada que no busca crecer—al igual que todas las organizaciones anti-castristas. La diferencia entre la Alianza y los demás grupos políticos de Miami es que ellos son los disidentes. De corte izquierdista, la Alianza realmente se enfrenta a poderosas fuerzas, por eso su local ha atacado y vandalizado y si hoy en día no explotan bombas es porque el gobierno federal persigue mejor a los terroristas porque el odio solo esta reprimido, no muerto.

La disidencia autentica es necesaria, y teniendo en cuenta que Cuba entera (su población civil) es victima de unas sanciones brutales diseñadas para hundirla en angustia, que un puñado de cubanos en edad de retiro se organice para condenar el bloque, entre otras actividades, no debe enojar a nadie.

Esto lo dice una persona que fue expulsada de local de la Alianza por Andrés Gómez como si hubiéramos provocado un disturbio o hubiésemos ofendido a alguien.

Fue exactamente hace un año y todavía me sorprende como alguien de izquierda pudo llamar a la policía para que mi familia y yo fuéramos sacados del lugar como si fuéramos el enemigo. Como otras veces, me encontraba esa vez ahí por la invitación personal de Max Lesnick y el periodista cubano Carlos Dieguez que me habían llamado por teléfono. Dieguez quería entrevistarme para saber mi opinión sobre los supuestos ataques acústicos (que por estos días el Departamento de Estado dice ser más bien un ataque de microondas) y yo llevé a mi equipo técnico.

Una vez acabada la intervención de Andrés Gómez, Dieguez me hizo la seña para que saliera de la oficina que el ya saldría también para encontrarnos afuera debajo de un árbol porque con tantos invitados, le era difícil entrevistarme allá dentro. Como el periodista tardaba, yo tomé una silla vacante para esperarlo sentada ya que estaba usando tacones altos y no quería cansarme.

Enojado, Gómez con nuestra presencia y sin ni mirarme a los ojos para darme una explicación, llamó a un oficial de la policía para aclarar que nosotros no eramos de ellos y que no estábamos autorizados para hacer nada. Siempre he pensado que los cubanos podemos resolver nuestros problemas sin la intervención de los extranjeros (en este caso, la policía de Miami) y hablando, la gente se entiende pero como hay que respetar el espacio de cada cual, mi familia y yo nos fuimos. Como una hora después, en una azotea de Miami, yo misma me entrevisté para compartir mi opinión sobre la crisis diplomática que involucraba las parrilladas. Si nos dicen que fueron más bien microondas entonces mi teoría del barbecue no estaba tan descabellada.

En conclusión, aunque estoy más que consciente que algunos dentro de la Alianza Martiana no me soportan y por eso me acusan de tener “dos caras”, otros individuos de la izquierda cubana que militan dentro de esa organización son personas decentes que se apenaron por lo que el señor Gómez me hizo. No los podemos censurar porque no coincidamos con su propuesta pro-gubernamental, y si queremos una Cuba más plural, hay que respetar el espacio ajeno, aunque no nos dejen pasar.

Ahora, una cosa muy distinta es el cubano oportunista que cambia de color según su convivencia. Más fácilmente respeto un contra-revolucionario constante, que uno de esos camaleones gritando “abajo la dictadura” desde Miami a pesar de toda una vida en la isla como comunistas. Esos sujetos volubles son precisamente los elementos aprovechados que más daños le ocasionaron a la Revolución. Basta ya de fingir según la conveniencia!

He hecho un vídeo donde les doy mi opinión sobre el oportunismo que ya costumbre entre cubanos, y al cual creo como principal fuente de conflictos que impide la reconciliación.

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