Hace unos dias,en Camagüey.

By Yadira Escobar on

ignacio agramonte

En esta casa vivió Ignacio Agramonte, y en esta vieja foto se puede ver como no era dignificada como museo. La Iglesia de la Merced (frente a la misma) estuvo durante años administrando la propiedad, que luego se convirtió en una cuartearía con una tiendecita donde se vendían cigarros y bebidas alcohólicas. Solo después de la revolución pasó a ser un museo.

Hace unos días regrese desde Camagüey a Miami, y tengo muy vivos en la memoria los últimos detalles de esta ciudad tan legendaria. Ahora mismo muchas calles de la ciudad están siendo transformadas por la acción renovadora del Primer Secretario del PCC; Jorge Luis Tapia. Todo el mundo me hablaba de el, incluso los no comunistas, y de cuanto está cambiando la ciudad bajo su dirección, de manera que me interese en su trabajo mas allá de militancia política. A la gente en Camagüey lo que les interesa es resolver sus problemas, y el los está resolviendo.

Yadira Escobar Cuba

Al caminar por la calle “república”, entre escombros y bloques de concreto pude ver las dimensiones de toda la obra planeada.Lo primero que supe de “Tapia” fue que ya había hecho un buen trabajo en Ciego de Avila, y que en Camagüey vino a sustituir a un secretario más conservador al cual la gente apodó con el título de: café con leche, debido a su costumbre de decir ante cada nueva situación que le planteaban: “me desayuno con eso”. Tapia en cambio se ha convertido en un mito, y se dicen muchas historias de el, como eso de que se disfraza de cubano de a pie, y que con gafas oscuras, sombrero rústico y ropa sencilla, sale a descubrir las imperfecciones de la administración y el mal uso de los recursos estatales. No se si estas historias son verdaderas o fruto de la fantasía popular, pero lo que si es cierto es que Tapia sale muy a menudo en la televisión local de Camagüey y pone las cosas en su lugar criticando y proponiendo cosas audaces, mientras exige eficiencia a los empleados estatales de todos los niveles frente a las cámaras, y “sin pelos en la lengua”.

Camagüey que se prepara para celebrar por todo lo alto su 500 aniversario esta completamente desbordado de obras en construcción, de calles con surcos abiertos donde se colocan tuberías nuevas, aceras y bulevares públicos que sin lugar a dudas cambiaran bastante el semblante de la ciudad, y de paso muchos camagüeyanos han encontrado empleo en dichas obras, lo cual es importante para la economía local. Hay que tener en cuenta que parte de las reformas que experimenta Cuba es la descentralización en la gestión económica, y que muchas empresas estatales resuelven los problemas de rentabilidad ya de forma autonómica, y a la larga hay menos desgaste de recursos.

Visite un Camagüey en construcción, y me llevo una buena opinión de la gestión administrativa de la ciudad. La gente tiene confianza en el futuro de su provincia, y se involucra en su realidad. Solo tengo una queja y es contra esos que no tienen sentido comunitario y se quejan de todo sin aportar nada a la colectividad. En toda sociedad hay todo tipo de gente, y el orden se hace necesario imponiendo la ley con mano firme, para que los elementos antisociales no arrastren a las mayorías hacia las malas costumbres. Supe de unos “disidentes” locales que se dedican a dañar bustos de José Martí, y a destruir jardines públicos, y me parece que  las indisciplinas cívicas deben ser condenadas como lo que son; vandalismo y delincuencia.

Los cuentapropistas siguen su camino independiente en la ciudad y se nota una mayor madurez en su gestión privada. Algunos paladares ya quebraron como producto de la competencia, y los mejores lucen ya sus habilidades empresariales. También la artesanía, y la manufactura menor se esta abriendo espacios, al mismo tiempo que ya se sabe que una antigua lavandería bajo techo en la Vigía, se convertirá en un gran mercado donde los campesinos puedan vender sus productos.

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Como la mayoría de los camagüeyanos tienen techo propio y no sufren el desgaste de los alquileres, el problema del envejecimiento de la población  no se convertirá en un grave problema social como seria en cualquier otro país del hemisferio occidental, y teniendo la región un magnífico suelo solo falta la fuerza laboral que sepa sacar el fruto de la tierra, y me imagino que siendo escasa la mano de obra rural, lo mejor que puede hacer el gobierno local es establecer regulaciones que impidan que los intermediarios especulen con los precios de lo que el campesino produce. Seria fantástico que las cooperativas tuvieran los créditos necesarios para comprar pequeñas camionetas que les permitan llevar a los mercados de la ciudad sus viandas, dejando fuera a los revendedores improductivos que encarecen el fruto de la tierra.

El futuro de Camagüey, es brillante al igual que el de toda Cuba, y depende de todos los cubanos el que ese futuro este más lejano o cercano a nuestro presente, y aunque suene idealista, puedo afirmar que seremos la envidia de todos nuestros vecinos. Si logramos dejar la costumbre anárquica de sabotear el sentido comunitario con las quejas sin fin, si dejamos el egoísmo , y si asumimos nuestra realidad con coraje y responsabilidad, pronto seremos una nación feliz.

 

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