El otro día fui al programa de María Elvira, y quiero dejar bien claro que la periodista supo cómo conducir un encuentro tan polémico entre dos posiciones políticas muy distintas, la mía y la de mi oponente.
Les haré un recuento de los hechos para evitar confusiones. La idea era que debatiera con el bloguero de Cubanet, Yusnaby Pérez. Este, en el programa anterior habló de mí con María Elvira. En ese segmento el joven hizo referencia a una cita que me había hecho a través de Facebook para salir a tomarnos un café. Como no es mi costumbre pasearme por Miami con desconocidos ni mucho menos con figuras anti-patriotas según mis patrones, no me cité con él.
Cuando entré al oscuro lobby del canal vi que un muchacho se acercaba a mí rápidamente con intenciones de abrazarme. Veo que es Yusnaby Pérez cuando está a unas pulgadas frente a mí y como no tengo la costumbre de dejarme agarrar por extraños me vi obligada a levantar una mano entre él y yo. Entonces, y para respetuosamente extenderle un saludo fraterno le di un apretón de manos, como se suele hacer en las introducciones. Con una sonrisa le dije exclusivamente “Con decencia” mientras nos dábamos la mano, para que entendiera como es el protocolo social, más aún con alguien del otro sexo.
Entiendo que en el programa anterior el joven había dicho en la TV que quería una cita para abrazarme y quizás hasta había bebido algo ya que por primera vez está en Miami, pero la educación dicta que si no tienes confianza con la persona no debes lanzarte para darle un apretón. Son normas establecidas que se deben respetar para evitar situaciones incómodas y mal entendidos.
Ahora, María Elvira si fue un ejemplo del buen periodismo esta vez. Me alegro haber ido por segunda vez con ella y así por fin tuvimos la oportunidad de llevarnos bien, aunque tengamos dos visiones muy diferentes de Cuba. Por primera vez nos dimos la mano cordialmente, prometió que me daría suficiente tiempo para que me expresara y que no opinaría para hacer más justo el debate pues sería desigual dos contra uno. Me ofreció hasta café…
Creo que la periodista se condujo profesionalmente y supo repartir bien el tiempo entre los dos invitados. Conociendo las posturas políticas de María Elvira, aprecio más aún el trato gentil que me ofreció, sin perder su estilo.
Aquí les comparto el programa completo, pues nos tomamos dos segmentos enteros. Tratamos el tema del recién encuentro de cubanos emigrados en la sección de intereses de Cuba en Washington, el embargo, la lista negra, los nuevos ricos dentro de Cuba, etc. Como ustedes saben Yusnaby Pérez y yo somos muy diferentes en cuestiones políticas, pero compartimos algo aparte de ser íes griegas nacidas en los 80.
Lo que me llamó la atención es que coincidimos en que Cuba debe ser removida de la lista de países que patrocinan el terrorismo. Supongo que el bloguero está en contra de las sanciones económicas contra Cuba pero no quedó muy claro, y lo entiendo porque decir eso en Miami te puede distanciar para siempre de los patrocinadores. Que dos blogueros opuestos hayan coincidido en ese punto crucial revela cuan absurdo es que Cuba siga en esa lista. La política exterior de Cuba han cambiado drásticamente desde los años 80 y eso lo cambia todo.
Al finalizar el programa, de inmediato saqué el teléfono de mi cartera porque ya estaba atrasada para un programa radial que saldría al aire dentro de minutos. Bajé los escalones de los estudios comunicándome con el periodista Edmundo García y al instante detecté hostilidad a mi alrededor. El bloguero y su grupo habían salido antes que nosotros y unos cuantos hombres estaban agrupados afuera en el parqueo del estudio, esperándonos.
Ay… si las miradas fueran cuchillos! Por experiencia personal estoy muy acostumbrada a que gente desconocida me mire con odio en los espacios públicos por cuestiones de política. Creo que la primera vez que eso me pasó fue hace unos años mientras compraba pastelitos en el Versalles, cuando era activista y portavoz de Grupo Caimán.
Traté de ignorarlos pues estaba concentrada en que se realizara sin problema alguno el programa de “La Tarde se Mueve”. El coordinador de ese programa alternativo ya había estado tratando de comunicarse conmigo durante la grabación con María Elvira. Yo iba a participar en directo vía llamada telefónica pero en ese parque nos lanzaron ofensas personales, condenas anti-semitas y ataques verbales. Con la llamada abierta a Edmundo García respondí a las acusaciones que nos lanzaban porque era ya un verdadero acto de repudio que no podía ser ignorado. Ofendieron a mis acompañantes cuando estos no habían ni intercambiado una sola palabra con nadie.
Un hombre que andaba con el bloguero hizo referencia al abrazo que Yusnaby había querido darme y que yo lo había rechazado, presentándolo tal como si nos hacían eso como respuesta. Más tarde hasta por Twitter andaban algunos diciendo que como rechacé el famoso abrazo era una contradicción con mi discurso reconciliatorio para los cubanos. Incluso, el periodista Nelson Rubio, sin pruebas ni confirmación se fue al Internet para difamarme.
Yo entiendo que Nelson Rubio simpatiza mucho con Yusnaby Pérez, pero eso no es excusa para mentir públicamente sobre mí. Yo soy una demócrata, no una “castrista”, no agredí verbalmente a nadie pues fueron ellos quienes iniciaron el ataque. No se pueden cambiar el orden de los hechos, de hecho ellos fueron quienes vinieron a nosotros buscando problemas una vez terminado el programa porque evidentemente les molestó lo que yo había dicho en cámaras. No eran técnicos del canal de MiraTV y yo nunca hice gestos obscenos. ¿Qué tipo de periodismo ejerce usted, Mr. Rubio?
Con la frente bien en alto puedo decir que nunca en mi vida le he sacado el dedo a nadie. Si revisan las cámaras de vigilancia del canal, que asumo deben tener, quedaría evidente quién se acercó a quién y quién protagonizo el acto hostil. Por supuesto que si revisan sus vídeos verán que estaba muy ocupada con mi teléfono y no hice ningún gesto grosero, sólo me defendí con palabras en respuesta.
Aquí les muestro unas fotogramas, y un corto vídeo del lamentable incidente que fue lo único que pudo ser grabado con un simple iPod. Como pueden ver, yo nunca deje de hablar con el conductor del programa radial. Que trágico que las pasiones sigan causando tanto disgusto y división. Hay que aprender a ser civilizado y no tomarse las cosas tan personalmente cuando intercambiamos criterios políticos y sociales.
