Fui evacuada y tuve que cancelar 2nd encuentro con Harold Cardenas en el 2016

By Yadira Escobar on

Hace ya un año que ocurrió y ninguno de esos medios de prensa que en Miami se jactan de “mantener al público informado” les ha contado nada sobre algo tan inusual y ruidoso relacionado con mi persona a pesar de que he sido invitada a tantos programas de TV a discutir temas sobre Cuba. No me deja de asombrar lo desinformada que está nuestra comunidad sobre las cosas que ocurren localmente, en contraste con lo que nos cuentan esos medios sobre Cuba y Venezuela tan a menudo.

Por lo general se enfoca tanto la prensa en su guerra personal contra los gobiernos cuasi-socialistas de Cuba-Venezuela que ha veces me causan una sensación de haberme ya mudado a esos países (como tanto me piden mis queridos odiadores que haga, porque carecen de argumentos). Una polémica bloguera se pasa la tarde dentro un carro de patrullas mientras el bomb squad desactiva lo que parece ser una bomba en su residencia. Docenas de residentes son evacuados, pero el hecho es totalmente ignorado por los medios.

Ahora, si una Dama de Blanco se pasea en un tranquilo domingo por la avenida de un buen barrio o un nieto de Castro baila en una fiesta como lo hace su generación caribeña, en Estados Unidos debemos saberlo como sumamente vital para nuestras vidas aquí. La larguísima lista de tonterías insignificantes que la prensa sin seriedad alguna sostiene a capricho como prioridad informática revela claramente la agenda por dañar la imagen de Cuba-Venezuela. Como la prensa escrita está sentenciada a muerte (lectores modernos no pagan suscripciones), los portales digitales de noticias que serán compartidos en las redes, son el nuevo frente para controlar estados de opinión y los hackers de la CIA o “periodistas” del Pentagano deben estar de acuerdo en esto.

Regresando al 2016, por esos días me había puesto de acuerdo con Harold Cardenas (después de lograr entrevistarlo para este blog, presionada por poco tiempo), en ir a recogerlo para que pasara una tarde en mi casa como una visita amistosa y así poder hablar de Cuba. Acordamos que el encuentro sería el domingo 28 de febrero, pero el día anterior sucedió algo muy serio que no me permitió reunirme: temprano en la mañana descubrimos a plena vista desde lejos un objeto sospechoso. Algo había sido colocado debajo de mi automóvil y aunque primero opté por sacarlo con alguna vara o escoba, el consejo general era que llamará a la policía. Por esos días estaba bajo mucha hostilidad en la web y el acoso pudiera fácilmente terminar en algo real así que llamé al 911.

Al describirles la situación, los agentes por teléfono me aconsejaron que no hiciera nada y esperara a que los policías inspeccionaran aquella cosa misteriosa pero los oficiales no pudieron identificar al objeto y se negaron a tocarlo. Más oficiales del condado llegaron a la escena y se movilizó un equipo profesional anti-bomba, mientras que mi familia fue evacuada por el patio, al igual que todos mis vecinos de la cuadra y de casas más cercanas.
El día 27 de febrero era sábado y yo por motivos religiosos no trabajo los sábados, así que fue un gran inconveniente en todos los sentidos que de una manera saboteó mi encuentro con el líder de la Joven Cuba. En la época me disculpé con él y le dije si recuerdo bien, que ya le diría la razón, pues no deseaba estropear su viaje por Miami con mis problemas. Se lo conté solo a 3 personas fuera de mi familia (uno de los tres dejó de hablarme) porque en verdad no tenía ningún deseo de divulgarlo por lo amargo que había sido la experiencia y tal vez estimularía a otro loco, copycat terrorista. Hace un par de días pasó el aniversario de la fecha y decidí compartirlo con ustedes, mis amigos fieles de años.

Al año se olvida la tensión y sólo quedan los hechos, como cuando agarré mi monedero antes de ser evacuada por si necesitaba pagar la estancia en un hotel cercano al detonarse el supuesto explosivo. Salvé una memoria USB con mi novela (si, pronto la publico), un cuaderno, mi Ipad para grabar y la laptop con posibles evidencias. Emocionalmente hablando, dejé atrás todas mis obras de arte y archivos fotográficos de mi familia, ambos irreparables.

Siendo evacuada por el patio, enrollando el cable del laptop por si se agotaba la bateria ya que me habian pedido los detectives acceder a las pruebas de las amenazas de muerte, intensificadas a raiz de la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

La sensación fue emancipadora; aunque temas perder obras creativas y fotos antiguas, si te acompañan tus seres queridos sabes que ya tendrás suficiente vida extra para volver a pintar y fotografiar nuevas memorias. Aunque desde la patrulla miraba fijamente mi automóvil por si explotaba en llamas y eso es muy desagradable, ese día no perdí nada en concreto, y sobrevivir ese tipo incertidumbre con un posible atentado contra uno y la furia frente a los adversarios peligrosos que se atrevan a tanto, no tiene precio como lección en la escuela de la vida.

La investigación se mantuvo abierta y tampoco quise entorpecer el proceso natural al quejarme en las redes sobre este ultimo atentado contra la prensa alternativa e intolerancia política de quienes no aceptan que alguien les lleve la contraria. Las amenazas de los enemigos del pueblo cubano y de su soberanía lanzan contra el periodismo alternativo todo su odio en nuestra comunidad y son una prueba contundente sobre el tipo de “democracia” que la extrema derecha y los comunistas reciclados pretenden llevar a la isla. Su sueño capitalista iría acompañada de una violencia política aún mayor estando lejos del ojo vigilante del FBI y de otras entidades que cuidan el orden social.

Hace cuarenta y ocho semanas deje está foto en Instagram. Mi hermano Aaron y yo tomandonos un selfie dentro del automóvil de la policía. A mal tiempo buena cara, desde luego, ningún enemigo puede tocarme ni un pelo si Dios no quiere. 

Los oficiales se encontraban algo confusos, posiblemente por falta de experiencia en una situación como esa pero un policía en particular condenó dicho acto de agresión basada en intolerancia de ideas, expresando total decepción y repudio de un acto que le recordó su propia experiencia en el 11 de Septiembre del 2001 cuando servia como policia en Nueva York.

Al llegar la noche se me acercó el jefe del equipo para aconsejarme que dejara de hacer lo que hago, que no escribiera más en mi blog ni que provocara más, pues siempre hay sus locos que tratarian de hacerme daño por lo que digo en el Internet. Incluso, le dijo a mis padres que pensaran en mis hermanos y el peligro que corrían pero no era el lugar para dar explicaciones acerca del legendario derecho a la libre expresión en Estados Unidos. Como mismo en ciertos barrios europeos, a los no-musulmanes no se les permite transitar por los guetos donde reina una especie de gobierno paralelo de Sharia, en Miami las autoridades por instinto te pedirán que no nades en contra de la corriente del exilio y su relevo.

Aquí les comparto un vídeo del momento que viví dentro del auto de la policía donde permanecía mientras el bomb squad hacia su trabajo. Mi habito es grabar todo lo significativo que sucede, aunque no tenga ningún plan con el material pero me alegro que lo hice para ahora poder compartirlo.

 

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