2003SD220-Diciembre 24

By Yadira Escobar on

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No era un papiro antiguo quien lo profetizaba, ni las religiones organizadas exentas de impuestos, era la NASA quien mostraba el rostro del gigantesco cuerpo sideral a finales del 2015. Brian Cox ya había dicho meses atrás que estábamos en riesgo de desaparecer por asteroides. El ex astronauta Ed Lu lo había descrito como “la ruleta cósmica” y dijo que sólo “un golpe de suerte” nos había salvado.

Con un diámetro de dos kilómetros o más, los expertos sabían que podía acabar con todo un continente, ademas de provocar terremotos, erupciones volcánicas y maremotos catastróficos. Aseguraban que pasaría de largo sin tropezar con nuestro agitado planeta, pero la verdad es que si hubiesen creído que chocaría tampoco se daría la voz de alarma por riesgo al caos en las ciudades y en las bolsas financieras.

Más de doce mil aviones en el aire llenos de seres humanos cada minuto. Al menos un pasajero vería con horror la gran roca oscura y el cielo apartándose ante lo inevitable. Cuántos siglos de abusos y maldad, una industria de armas mortales para sostener los movimientos del dinero hacia los mismos agujeros negros, y ni un sólo misil fue lanzado para detener al gigante. Cuantas mentiras para mantener gobiernos y embajadas, cuanta propaganda para señalar las culpas del enemigo y nadie pudo avisar a tiempo la gran verdad.

Aquella noche del 24 de Diciembre era una noche más de un mundo injusto, contaminado y lleno de violencia política. El miedo al castigo puso a un millonario borracho al borde de las lagrimas cuando vio en el cielo oscuro la amenaza casi bíblica. No hubo arrepentimientos en masa, suicidios o conversiones abruptas. No es como si el asteroide los necesitaba.

Frio y pesado pasó rozando la gran ciudad del Este al Oeste, sin que la mayoría de la gente sintiera el leve temblor que sacudió los enormes rascacielos. El mendigo, sin mucho que perder siguió durmiendo debajo del autopista, mucho más protegido que el millonario en su penthouse, aquel de cristal y acrílico, tan cerca de las estrellas.

Esta bella foto a sido proporcionada por Levi, que generosamente creó la imagen digitalmente para que este escrito estuviese correctamente ilustrado.

 

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