CUBA. CADA VEZ MÁS APTA PARA MENORES

By Yadira Escobar on

El estatal Instituto Cubano de la Música (ICM) esta tomando medidas contra el vulgarismo en la cultura popular, y todo el que sienta algo por la Patria debe estar feliz de esta buena obra. Sospecho que los adversarios del gobierno cubano trataran de criticar las medidas o miraran hacia otro lado ignorando lo que pasa. Yo felicito al ICM por tomar una posición de respeto y protección del bien más estimable a la nación; su identidad cultural.

Creo que vale la pena proteger a los niños cubanos, a las almas más tiernas, a la esperanza de Cuba y del mundo de todo aquello que enturbie su inocencia y perturbe su niñez.

Tras el derrumbe del campo socialista, ciertos valores propios del colectivismo marxista (que no todos son malos) dejaron de influir en la cultura cubana, y la poca moral cívica entre los cubanos de la ísla disminuyo bajo el influjo de contravalores propios del bajo mundo de la cultura marginal caribeña y centro americana. Antes de la revolución cubana las escuelas públicas en Cuba enseñaban cívica y moral como asignatura, y de una manera activa el estado trataba de frenar las malas costumbres a través de métodos pedagógicos. Con la dirección del país bajo el PCC una nueva moralidad apoyada sobre las ideas colectivistas descuido a la familia y a otros grupos pequeños y naturales, porque se concentro en la formación de la gran colectividad, y al llegar de golpe el contravalor cultural no hubo resistencia por parte de la sociedad civil ya debilitada.

La obscenidad es un contravalor y hace muy bien el ICM en combatirlo, porque nos afecta a TODOS. La gente tiene derechos inalienables y un grupito de indecentes no tiene derecho a usar medios públicos violando el derecho de las mayorías a la dignidad nacional. La campaña de descrédito que sobre nuestra nación organizan las fuerzas oscuras del antinacionalismo comienza por minar las bases éticas de nuestra cultura, para más adelante rebajar la dignidad de los cubanos, sobre todo de la mujer cubana. En todo el planeta hay drogadictos, prostitutas y maleantes de todo tipo, pero en Cuba son exagerados por quienes pretenden debilitar el orgullo nacional. También hay ingenuos disidentes, derechistas extremos, y exiliados que creen que al desprestigiarse nuestra nación, se debilita la imagen del régimen que odian, ¡cuan lejos estan de la verdad!.

Entre todos tenemos que levantar a Cuba, pero los esfuerzos son escasos, quizás el deseo de divertirse o enajenarse es más fuerte que el patriotismo en una generación enajenada de su misión histórica, pero siempre habrán cubanos con conciencia cívica y amor patrio suficientes para no dejarse arrastrar hacia lo mediocre.

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